sábado, 9 de agosto de 2008

La ley y el campo laboral

Cuando intentamos hacer cambios, además de tener en claro que lo que está ahora no nos gusta, tenemos que preguntarnos que es lo que sí nos gusta. Cuando se implementó la Ley Federal de Educación, supimos rápidamente que se trataba de una copia palabra por palabra de la “expresión de deseo” que había realizado el FMI dos años antes en su página Web. Las megaempresas de servicios que vinieron a instalarse en Argentina con la política del turco Mendes, demandaban un tipo particular de mano de obra, gente que no tuviera otras capacidades que las de leer, escribir y seguir al pie de la letra un discurso armado. _-Buenos días señor, cómo está Ud.? En qué le podemos servir? Se implementó así la obligatoriedad por parte del estado de aprobar a todo aquél que permaneciera en el sistema educativo dentro del EGB (las coordinadoras y sus presiones, así nos lo hicieron saber). Con una gran cantidad de egresados mal preparados, las empresas contaban con mucha oferta de mano de obra y poca de puestos de trabajo, y como estamos en un mundo de “oferta y demanda”, se degradaron los sueldos por exceso de “mano de obra calificada”.

En estas épocas, las empresas extranjeras han desembarcado en el país para explotar todos sus recursos y, ya lo han dicho públicamente, necesitan mano de obra con preparación técnica. Esta demanda podría hacer que los sueldos de los técnicos aumentara y se generara así un estímulo para que nuestros alumnos se preparen en esas áreas (aquellos que lo deseen) y la famosa oferta y demanda queden equilibradas… pero no, el estado, actuando siempre en favor de las empresas internacionales, hace obligatoria la educación con un perfil técnico. Nuevamente se pone en funcionamiento la receta de… exceso de mano de obra calificada, baja en la oferta de salario.

No estamos planteando una negación a la producción, la tecnificación, los avances de la industria. Sí nos oponemos a lo compulsivo, a lo que favorece a los grandes capitales y no al pueblo trabajador.

(Gracias por esta contribución de los lectores)

Después de que Moyano se cobrara el favor por “colaborar desinteresadamente” en el conflicto con el campo, y anunciara en conjunto con Cristinita, que aumentarían el mínimo al que se le aplicaría el impuesto a las ganancias y que este sería retroactivo… llega Tejode como la primer adelantada pidiendo, como siempre, lo que sabe que el estado va a otorgar de cualquier manera.

Se olvidó, en su “profundo malestar”, … pedir por un aumento de sueldo proporcional a la inflación real (que para antes del conflicto con el campo alcanzaba el 32% en lo que iba del año y que ahora se disparó a las nubes); … estar presente en la plaza, con los estatales (porque los docentes somos estatales), y los jubilados, para el reclamo del Plus Patagónico; …pedir desde hace un año atrás, definiciones en la nueva ley de educación, antes de apoyarla, como lo hizo, sin saber de que se trataba.

La política de “disconformidad” de esta digerente es la de mandarnos a una paritaria mal parida desde su legislación, para que así todos los docentes nos quedemos “expectantes” mientras el gobierno decide lo que quiere (porque esas atribuciones le otorga la ley de paritarias actual).